¿Qué es la recta Acción?
Pláticas en Ojai, California, 1934
Ojai, Sexta plática, 23 de junio 1934
Primero ofreceré una breve plática y después contestaré algunas de las preguntas que me han formulado.
Ayer abordé toda la idea del temor y cómo éste necesita de la compulsión; esta mañana voy a tratar otra vez, brevemente, el modo con que la insuficiencia genera compulsión. Donde hay insuficiencia existe el deseo de una guía, de una autoridad, porque esa influencia que nos ha moldeado se ha vuelto tradición, tradición que ya no es más pensamiento, sino que actúa meramente como una guía. Mientras que, a mi entender, la tradición debería ser un medio de despertar el pensamiento, no de apagarlo, de matarlo. Cuando hay insuficiencia, tiene que haber compulsión; esta compulsión origina un determinado modo de vida o método de acción y, por lo tanto, da lugar a más conflicto, lucha y sufrimiento. Es decir, donde uno, consciente o inconscientemente, experimenta el aguijón de la insuficiencia, tiene que haber conflicto, desdicha y una sensación de superficialidad y vacío, así como de una completa futilidad de la vida. Podemos ser conscientes o no de esta insuficiencia.
¿Cuál es, entonces, el proceso de la mente allí donde hay insuficiencia? ¿Qué sucede cuando uno se torna consciente de esta vacuidad y superficialidad internas? ¿Qué hacemos cuando percibimos esta vacuidad, cuando tomamos conciencia de este vacío que llevamos dentro de nosotros? Deseamos llenarlo, y entonces vamos a la búsqueda de un patrón de conducta, un modelo creado por otro; imitamos, seguimos ese patrón, nos disciplinamos conforme a ese molde establecido por otro esperando, de tal modo, poder llenar este vacío, esta superficialidad de la que nos hemos vuelto más o menos conscientes.
Ese patrón, ese molde comienza a ejercer influencia en nuestras vidas, obligándonos a ajustamos, a ajustar nuestras mentes, nuestros corazones y nuestros actos a ese patrón en particular. De esta manera, empezamos a vivir no dentro de nuestra propia experiencia, de nuestra propia comprensión, sino dentro de la expresión, de las ideas y limitaciones de la experiencia ajena. Eso es lo que sucede. Si realmente reflexionan un rato sobre ello, verán que empezamos a rechazar nuestras propias experiencias personales y la comprensión de esas experiencias, porque nos sentimos insuficientes, y entonces procuramos imitar, copiar y vivir conforme a la experiencia de alguna otra persona. Y cuando recurrimos a la experiencia de otro y no vivimos según nuestra propia comprensión, es natural que se genera cada vez más insuficiencia, más conflicto; pero también cuando nos decimos que debemos vivir según nuestra propia experiencia, nuestra propia comprensión, volvemos a convertir eso en un ideal, en otro patrón, y moldeamos nuestras vidas conforme a ese patrón.
Supongamos que uno se dice: “No voy a depender de la experiencia de otro, sino que viviré de acuerdo con mi propia experiencia”; es obvio que uno ya ha creado un molde para ajustarse a él. Cuando uno se dice a sí mismo: “Viviré de acuerdo con mi propia experiencia”, ya está poniendo una limitación a su pensamiento, porque esta idea de que uno debe vivir según su propia comprensión, crea complacencia, la cual es sólo un ineficaz ajuste que conduce al estancamiento. Ustedes saben, casi todos dicen que rechazarán el patrón externo que están imitando constantemente y que tratarán de vivir según su propia comprensión. Dicen: “Haremos sólo aquello que comprendemos”, con lo cual crean otro patrón que entrelazan en sus vidas. ¿Qué ocurre, entonces? Quedan más y más satisfechos de sí mismos; en consecuencia, poco a poco se deterioran.
Para disipar esta insuficiencia recurrimos a la mera acción, porque donde hay insuficiencia y vacuidad, nuestro único deseo es llenar esa vacuidad; por lo tanto, consideramos que la acción es tan sólo una forma de llenar eso. Entonces, ¿qué hacemos cuando recurrimos a una acción con el fin de completar esa insuficiencia? Sólo tratamos de llenar ese vacío mediante la acumulación y no tratamos de descubrir cuál es la causa de la insuficiencia.
Por favor, cuando ustedes sienten que son insuficientes, ¿qué ocurre? Tratan de llenar esa insuficiencia, tratan de enriquecerse internamente y dicen que, para enriquecerse, para integrarse, deben acudir a otro; así, comienzan a ajustar sus propios pensamientos y sentimientos a las ideas y experiencias de otra persona. Pero esto no les aporta riqueza, no produce integridad o plenitud de realización. Entonces se dicen: “Trataré de vivir según mi propia comprensión”, lo cual, como ya señalé, tiene sus riesgos y conduce a la complacencia. Y si meramente recurren a la acción diciendo: “Saldré al mundo y actuaré como para llegar a ser rico, completo”, están tratando otra vez de llenar ese vacío por medio de la sustitución. Mientras que, si adquieren conciencia plena durante la acción, entonces descubrirán la causa de la insuficiencia. O sea, en vez de buscar integrarse, de tratar de ser completos, crean acción gracias a la inteligencia.
Ahora bien, ¿qué es la acción? Es, después de todo, lo que pensamos y sentimos. Y en tanto no somos conscientes de nuestro propio pensar, de nuestro propio sentir, tiene que haber insuficiencia, y ninguna cantidad de actividades externas va a llenarnos. O sea, que sólo la inteligencia, no la acumulación, puede disipar esa vacuidad; y la inteligencia es, como lo he señalado, armonía perfecta de la mente y el corazón. Por lo tanto, si uno comprende el funcionamiento de su propio pensar y sentir y, de tal modo, se torna consciente en esa acción, entonces hay inteligencia, la cual disipa la insuficiencia sin tratar de reemplazarla con la suficiencia, con la integridad, porque la inteligencia misma es integridad.
Por consiguiente, cuando hay integridad no puede haber compulsión. Pero la falta de armonía, de integridad, crea separación entre el corazón y la mente, ¿No es así? ¿Qué es la falta de armonía? Es la conciencia de la división entre lo que pensamos y lo que sentimos, con lo cual, en esa diferenciación, hay conflicto. Mientras que, para mí, el pensar y el sentir son la misma cosa. Teniendo, pues, conflicto y falta de armonía, y habiendo creado una división entre la mente y los sentimientos, además de eso separamos mente y corazón dividiéndolos de la inteligencia - inteligencia que, para mí, es verdad, belleza y amor. Es decir, el conflicto que, como lo he explicado, es la lucha entre el resultado del medio - el cual es la conciencia del “yo” - y el medio mismo, ese conflicto entre el resultado del medio y el medio mismo, genera una lucha que da origen a la falta de armonía. Nosotros separamos a la mente, de la emoción y, habiéndolas separado, proseguimos más allá para dividir a la inteligencia separándola de la mente y el corazón; mientras que, para mí, son una sola cosa. La inteligencia es pensamiento y emoción en armonía perfecta; por lo tanto, la inteligencia misma es, intrínsecamente, belleza, no una cosa que pueda buscarse.
Cuando existe un gran conflicto, una gran falta de armonía, cuando hay plena conciencia de la vacuidad, entonces surge la búsqueda de la belleza, de la verdad y el amor para que influyan en nuestras vidas y las dirijan. O sea, estando conscientes de esa vacuidad, atribuimos a la belleza una existencia externa, proyectándola en la naturaleza, en el arte, en la música, y comenzamos a rodearnos artificialmente de estas expresiones a fin de que puedan convertirse en influencias de refinamiento, cultura y armonía en nuestra vida. ¿No es ése el proceso por el que pasa la mente? Como dije, a causa del conflicto, hemos dividido a la inteligencia separándola de la mente y la emoción, y entonces nos tornamos conscientes de esa insuficiencia, de ese vacío. Así, comenzamos a buscar la felicidad, buscamos completarnos en el arte, en la música, en la naturaleza, en ideales religiosos, y estas cosas empiezan a influir en nuestras vidas, a controlarnos, dominarnos y guiarnos, y pensamos que, de este modo, llegaremos a esa integridad; esperamos poder superar la falta de armonía y el conflicto, mediante la acumulación de influencias y experiencias positivas. Esto implica meramente alejarse cada vez más de aquello que es inteligencia; por lo tanto, implica alejarse de la verdad, la belleza y el amor, que son la integridad misma.
Es decir, al sentirnos insuficientes, incompletos, comenzamos a acumular esperando llegar a ser completos gracias a este acopio de experiencias y al usufructo de las ideas y modelos de otras personas. Para mí, en cambio, la insuficiencia desaparece cuando hay inteligencia, y la inteligencia misma es belleza y verdad. No podemos ver esto mientras la mente y el corazón están divididos, y lo están a causa del conflicto. Separamos a la inteligencia, de la mente y el corazón, y este proceso ocurre continuamente, este proceso separativo con su búsqueda de realización. Pero la plenitud de realización se encuentra en la inteligencia misma, y despertar esa inteligencia es descubrir qué es lo que crea falta de armonía y, por ende, división.
¿Qué crea falta de armonía en nuestras vidas? La ausencia de comprensión respecto del medio que nos rodea. Cuando comenzamos a cuestionar y comprender el medio, su pleno valor y significado, sin tratar de imitarlo o seguirlo, de ajustarnos a él o de evadirlo, entonces ha nacido la inteligencia, la cual es belleza, amor y verdad.
Pregunta: En su opinión, ¿sería mejor para mí convertirme en diaconisa de la iglesia episcopal protestante, o haría un servicio mayor permaneciendo como soy?
Krishnamurti: Supongo que la interlocutora quiere saber cómo ayudar al mundo, no si debe ingresar en una iglesia u otra, lo cual es de muy poca importancia.
¿Cómo puede uno ayudar al mundo? Por cierto, no creando más divisiones sectarias, no creando más nacionalismo. El nacionalismo es, después de todo, la expansión y el cumplimiento de la explotación económica, y las religiones son la consecuencia cristalizada de ciertos conjuntos de creencias y credos. Si uno desea realmente ayudar al mundo, no puede hacerlo, desde mi punto de vista, mediante ninguna religión organizada, ya sea el cristianismo con sus innumerables sectas, o el hinduismo con sus innumerables sectas, o cualquier otra religión. Éstas son, en realidad, divisiones perniciosas de la mente, de la humanidad. Sin embargo, pensamos que si todo el mundo se volviera cristiano, existiría la hermandad de las religiones y la unidad de la vida. Entiendo que la religión es el falso resultado de una causa falsa, siendo la causa el conflicto, y la religión es meramente un medio para escapar de ese conflicto. Por consiguiente, cuanto más desarrollemos y fortalezcamos las divisiones sectarias de la religión, menos hermandad verdadera tendremos; y cuanto más fortalezcamos el nacionalismo, menos unidad del hombre habrá en el mundo.
Pregunta: La codicia, ¿es el producto del medio, o de la naturaleza humana?
Krishnamurti: ¿Qué es la naturaleza humana? ¿Acaso no es ella misma el producto del medio? Algunos creen que la distinción entre la naturaleza humana y el medio es artificial porque, según dicen, modificando el medio podrá cambiarse y moldearse la naturaleza humana. Al fin y al cabo, la codicia es meramente el resultado de un medio falso y, por ende, de la propia naturaleza humana.
Cuando el individuo trata de comprender su medio, las condiciones en que vive, entonces, a causa de que hay inteligencia no puede haber codicia. Entonces la codicia no es un vicio o un pecado que deba superarse. Ustedes no comprenden y así cambian el medio que da origen a la codicia, sino que temen el resultado de la codicia y lo llaman pecado. La mera búsqueda de un medio perfecto y, por lo tanto, de una naturaleza humana perfecta, no puede producir inteligencia; pero donde está la inteligencia hay comprensión del medio y, por consiguiente, uno está libre de las reacciones a ese medio. Ahora bien, el medio o la sociedad nos obligan, nos impulsan a ser autoprotectores. Pero si comenzamos a comprender el medio que produce codicia, en ese ver el significado del medio la codicia se desvanece por completo, y entonces no sustituimos la codicia por su opuesto.
Pregunta: Yo comprendo lo que usted dice acerca de que el conflicto cesa cuando lo afrontamos sin el deseo de escapar. Amo a alguien que no me ama, y me siento solo y desdichado. Pienso, honestamente, que afronto mi conflicto y no busco un escape; pero sigo sintiéndome solo y desdichado. Por lo tanto, lo que usted dice no ha operado. ¿Puede explicarme por qué?
Krishnamurti: Quizás usted sólo está tratando de utilizar mis palabras como un medio de escape; quizás utiliza mis palabras, mis ideas para llenar su propia vacuidad.
Ahora bien, usted dice que se ha enfrentado al conflicto. Pongo en duda que lo haya hecho realmente. Dice que ama a alguien; pero lo que en realidad desea es poseer a esa persona y, por lo tanto, hay conflicto. ¿Y por qué desea poseerla? Porque tiene la idea de que, mediante la posesión encontrará la felicidad, la plenitud.
Así que el interlocutor no ha afrontado realmente el problema; desea poseer a la otra persona y, en consecuencia, limita su propio afecto. Porque, al fin y al cabo, cuando uno realmente ama a alguien, en ese amor está libre de la posesión, Ocasionalmente, raramente, tenemos ese sentimiento de afecto intenso en el que no hay afán posesivo ni adquisitivo. Y esto nos lleva de vuelta a lo que acabo de decir en mi plática, que el afán posesivo existe sólo mientras hay insuficiencia, falta de riqueza interna; y esa riqueza interna existe no en las acumulaciones sino en la inteligencia, en la percepción de los actos que tienen lugar en el conflicto que se produce cuando no comprendemos el medio que nos rodea.
Pregunta: El hecho mismo de que la gente venga a escucharlo, ¿no hace de usted un maestro? Sin embargo, usted dice que no debemos tener maestros, ¿Debemos, entonces, dejar de venir?
Krishnamurti: Deberían dejar de venir si hacen de mí un maestro, si me convierten en su guía. Si estoy creando una influencia en sus vidas, si con mis palabras y actos los fuerzo a cierta acción, entonces deberían dejar de venir; entonces lo que digo carece de valor para ustedes, o tiene sentido, y así harán de mí un maestro que los explota. Y en eso no puede haber comprensión ni riqueza ni éxtasis, nada sino dolor y vacuidad. Pero si vienen a escuchar de modo que puedan descubrir cómo despertar la inteligencia, entonces no soy el explotador de ustedes, entonces soy tan sólo un acontecimiento, una experiencia que los capacita para atravesar el medio que los mantiene cautivos.
Pero la mayoría de la gente desea instructores, guías, Maestros, ya sea aquí en el plano físico o en algún otro plano; casi todos desean ser conducidos, obligados, influenciados para obrar correctamente, porque en sí mismos carecen de comprensión. No comprenden el medio, no comprenden las múltiples sutilezas de sus propios pensamientos y de sus propias emociones; por lo tanto, sienten que si siguen a otro llegarán a realizarse, lo cual, como he explicado ayer, es otra forma de compulsión. Tal como hay compulsión aquí, compulsión que los fuerza dentro de cierta rutina porque falta inteligencia; por eso buscan instructores a fin de que influyan en ustedes, los guíen, los moldeen... y otra vez hay aquí falta de inteligencia. La inteligencia es verdad, integridad, belleza, y es el amor mismo. Y ningún maestro, ninguna disciplina puede conducirlos a ella, porque son todas formas de compulsión, modificaciones del medio. Sólo cuando comprenden plenamente el significado del medio y ven su valor, sólo entonces hay inteligencia.
Pregunta: ¿Cómo puede uno determinar qué llenará el vacío creado en el proceso de eliminar la conciencia del “yo”?
Krishnamurti: Señor, ¿por qué desea eliminar la conciencia del “yo”? ¿Por qué piensa que es importante disolver la conciencia del “yo”, o disolver ese “yo”, esa limitación egotista? ¿Por qué piensa que es necesario? Si dice que es necesario porque busca la felicidad, entonces esa conciencia del “yo”, esa limitada particularidad del ego continuará existiendo. Pero si dice: “Veo el conflicto, mi mente y mi corazón están atrapados en la falta de armonía, pero veo la causa de esta falta de armonía, y esa causa es la ausencia de comprensión respecto del medio que ha creado a esa conciencia egocéntrica”, entonces no existe un vacío que deba ser llenado. Me temo que el interlocutor no ha comprendido esto en absoluto.
Por favor, déjenme explicarlo una vez más. Lo que llamamos conciencia de sí mismo o conciencia del “yo”, es nada más que el resultado del medio; o sea, cuando la mente y el corazón no comprenden el medio, lo que nos rodea, las condiciones en las que se encuentra un individuo, entonces la falta de esa comprensión da origen al conflicto. La mente queda oscurecida por este conflicto, y este continuo conflicto crea la memoria y se identifica con la mente; así se solidifica esta idea del “yo”, de la conciencia egocéntrica. En consecuencia, hay más conflicto, sufrimiento y aflicción. Pero la comprensión de las circunstancias, de lo que nos rodea, de las condiciones que crean este conflicto, no llega mediante la sustitución sino gracias a la inteligencia, la cual es mente y amor; esa inteligencia está perpetuamente creándose a sí misma, siempre en movimiento. Y eso, para mí, es la eternidad, una realidad intemporal.
Ustedes, en cambio, están buscando la perpetuación de esa conciencia que es el resultado del medio y a la cual llaman el “yo”; ese “yo” puede desaparecer sólo cuando existe la comprensión del medio. La inteligencia funciona, entonces, normalmente, sin restricción ni compulsión alguna. Entonces no existe esta terrible lucha, esta búsqueda de la belleza, de la verdad y esta constante batalla del amor posesivo, porque la inteligencia es completa en sí misma.
¿Qué es la recta Acción?
Pláticas en Ojai, California, 1934
Ojai, Sexta plática, 23 de junio 1934
Jiddu Krishnamurti. ¿Qué es la recta Acción? Obras completas tomo 2. 1934 - 1935. The Collected Works of J.Krishnamurti Volume 2. 1934 - 1935. What is Right Action? Jiddu Krishnamurti en español.